jueves, 25 de junio de 2009

Carta a Miroslava

Creímos por primera vez
que el cielo era destructible
si así lo querías

Fuimos capaces de obedecer
el instinto de la guerra
y en sus percances
quedamos huérfanos
de padre y desilusión
para no sentirnos
demasiado solos
desnudos o miserables
para asimilar el tiempo
de la tenencia o el despojo
injustificado de dios

Nos dijimos a los ojos
que valía la pena nacer
y conceder derechos
universales a los amantes
ebrios que reclaman
su madrugada sin nuevo día
ni testimonio en la piel

No se si recuerdes todo
todo Miroslava eso que hicimos

No importa
quiero decir, crecimos
no importa
te perdono
no pienses en eso ya

Cuando uno crece ya
no importa lo que hizo antes
o quiso hacer después:

Salvar el mundo
(esa estupidez)
o incendiar sus capitales
o recorrer la calle
como si la calle fuera
un escenario que nos depara
el tiempo para subsistir muriendo

La música
la mas embriagada
la filosofía o los pechos
de una mujer
esas blasfemias
de amor y de fe

No
cuando uno crece ya no importa
no importa nada
y es bendito
es bendito que un auto lo remedie todo
o una oficina cuadrada llena de taburetes
y llamadas pendientes
lo remedie todo

Eso es bendito
lo demás era imposible
como tu Miroslava
lo demás era imposible
y lo supimos tarde
porque no viste
porque no vimos
que era suficiente
con esperar a ser mayor
y envejecer con las estampillas
de las cartas que invitaban
a la cita de las cuatro cincuenta
con la rebelión

Tu sabias que en un tiempo
solo bebía y lloraba
sabias que quedaba inmóvil frente
a las manos y lloraba por no escribir nada
por no poder, por no saber como
sabias que lloraba de dolor, de sudor
de amargo dolor de los desencuentros
de los días que no volvieron
y sin embargo se fueron sin que nadie
lo supiera

Porque el tiempo no hace ruido
Miroslava cuando pasa
y nadie ve
si detrás de tu puerta hay
un hombre que llora
o en el mundo
hay millones de gentes que lo hacen
cuando pierdo el juicio
y me desnudo frente al retrato
del primer dia en que te vi

Ese dia en que te pedi
que fueras mi acompañante
y surcaras mares pero
de prisa que prometí
morir pronto y sin ti

Pero la venganza resbala
con aceite de oliva
y se engendra la palabra
de sangre pura
monumental
y pura

Prometí ser bueno
reir
y sin embrago me muero
incoloro, maldito
sin nada que decir o nadie
que pueda contar
como era aquella promesa
bella de acabar con el tiempo
pudiéndole apenas
vivir

1 comentario:

  1. Son las 3 am en Argentina, me tuve que levantar a fumar un cigarrillo pudiendo apenas vivir !FA!.

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