sábado, 13 de junio de 2009

Que me llamen traidor

Para pasar el día te necesito a ti
para ser rebelde
tengo un campo maloliente
de besos caídos en combate

(Besos en combate, resplandecidos
hechos velocidad constante)

Hechos aceite
y luna

Hechos
una jauría de presos iracundos
sin haber conocido madre alguna
que la ofensa

Mi madre linda:
tu me viste cargar la pólvora
dentro del fusil de los dedos
con que escribía

Tu me viste
y preparaste el pan, el calor
y el frío cuando te fuiste

Nos hiciste hombres
a mi padre y a mi
hombres libres y bebí de ti

Y de tu boca
aquella madrugada surgieron
niños furiosos que reclamaban sustento
de mis tres grandes verdades:

La patria, mi hermana y tu.

Nunca las entregue
por el contraio las guarde celoso en una bóveda interior
custodiada por bestias asesinas
como las que nos amenazaron siempre

Que me llamen traidor si
alguna vez por mis ojos paso
la tentación de verme entre el orgullo
de otras primaveras

Cuando de la dignidad emano
tu ausencia y yo supe
que era momento de salir a matar

Madre
virgen descalza
aceituna de comidas largas
y tristes

Caminito
a la cama sin elegías

Tu me hiciste bandido
cuando decías que los pobres
no merecen la muerte

Y yo era un pobre en la muerte
madre, sin merecerlo
pero tus ojos
hicieron armas
que vencieron a los tiranos

Y sentimos
entonces que te hicimos justicia
cuando los vimos todos caídos

Que como tu querías
el mundo se iba a curar
que como tu querías
el mundo no iba a ser tuyo

No iba a ser tuyo
pero entonces de nadie mas

Amanecimos tristes aquel día
y en la mañana tu hiciste un desayuno
con los restos de un silencioso animal…

El tiempo

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